‘Tengan confianza en que el Señor no abandona jamás a su Iglesia’: El Cardenal Rouco sobre el cónclave
Tras haber ejercido como cardenal elector en dos cónclaves, el cardenal Antonio María Rouco Varela, arzobispo emérito de Madrid, se encuentra ahora en Roma como no elector, una posición que, según sus propias palabras, le ha dejado «aliviado».
No obstante, los cardenales no electores han desempeñado un papel activo en las congregaciones generales, ya que muchos de ellos están más familiarizados con el funcionamiento del Vaticano y del resto del Colegio Cardenalicio que sus homólogos más jóvenes.
Rouco fue ordenado sacerdote en 1959 y se doctoró en Derecho Canónico en Múnich en 1964. Impartió clases de Derecho Canónico en la Universidad de Múnich entre 1964 y 1968 y en la Universidad Pontificia de Salamanca entre 1969 y 1972, cuando fue nombrado vicerrector de la misma universidad, cargo que ocupó hasta 1976.
Posteriormente, fue nombrado obispo auxiliar de Santiago de Compostela en 1976 y arzobispo de la misma ciudad entre 1984 y 1994, donde fue el principal organizador de la Jornada Mundial de la Juventud de 1989. En 1994 fue nombrado arzobispo de Madrid, cardenal en 1998 y ocupó este cargo hasta su jubilación en 2014.
The Pillar habló con el cardenal Rouco sobre el legado del papa Francisco y los retos del nuevo papa.
La entrevista ha sido editada para mayor claridad.
¿Qué recuerdo se lleva del Papa Francisco?
Tuve una amistad con él desde antes de ser Papa, aunque no muy cultivada por la lejanía. Pero una amistad en la que siempre fue muy afectuoso conmigo.
Pienso que pasará a la historia de la Iglesia como un Papa que quiso llevar la experiencia de la vida espiritual del discernimiento a la renovación a fondo de toda la vida del cristiano en todas las vocaciones posibles.
Recuerdo que cuando fue elegido papa, alguien me dijo si tendríamos un papa que sería un gran director de ejercicios espirituales para toda la Iglesia, y yo diría que fue exactamente eso.
Cuando veamos el pontificado de Francisco en perspectiva histórica en unos años, ¿cuál será su principal legado?
Esta pregunta es difícil de responder.
Pero hay un aspecto que explica su personalidad espiritual y la forma en la que quiso vivir su responsabilidad y su misión como sucesor de Pedro y pastor de la Iglesia universal: la misericordia.
Creo que también se recordará mucho su espontaneidad y su deseo de no someterse a convenciones y buscar una nueva frescura a la visión de lo que debe ser un cristiano.
Algo que es curioso, que fue un Papa que atendió mucho a lo social, pero abrió y cerró su pontificado hablando de la vida espiritual, con Lumen fidei y Dilexit nos.
Esto tiene un cierto paralelismo con los dos pontífices anteriores. La primera encíclica de Juan Pablo II fue Redemptor hominis y la última fue Ecclesia de Eucharistia y la primera de Benedicto XVI fue Deus caritas est y la última Caritas in veritate.
Entonces, todos tuvieron la intuición de que hay que comenzar por presentar a Cristo como salvador y mostrar que debemos entregarnos a Él.
Y además es muy jesuita de parte de Francisco cerrar su pontificado hablando del Sagrado Corazón.
Lo es, lo es. Y también es muy curioso que dice que la clave interpretativa de su magisterio es Dilexit nos. Ya está, resueltos todos los problemas para interpretar el magisterio del Papa Francisco (Risas).
¿Por qué podemos rezar los laicos durante el cónclave?
Primero porque las congregaciones generales ayuden a los cardenales a conocer bien la situación de la Iglesia a la luz de la fe, para que con ojos de fe puedan tomar una decisión.
Y luego, que los cardenales hagan el juicio debido dejándose inspirar por el Espíritu Santo. Hay que rezar para que se dejen guiar por Él.
En el imaginario popular, los cónclaves son ocasiones de maquinación política. Usted que ha participado en dos cónclaves, ¿piensa que esto es verdad?
Hoy tuve otra entrevista con una periodista que parecía compartir esta impresión, es muy común. Pero es que en el cónclave como tal, no se habla nada. Salvo las indicaciones cuando empieza la votación y las formalidades necesarias, se habla muy poco.
La fórmula del juramento que se hace, es realmente una oración, que se hace frente al crucifijo en la Capilla Sixtina.
Con los demonios del Juicio Final viéndolo de frente…
(Risas) Exactamente.
¿Cómo se siente ahora que viene a unas congregaciones generales como cardenal no elector?
Pues, muy aliviado (Risas).
Me siento muy aliviado. Recuerdo el primer cónclave en el que participé, la primera noche en Santa Marta yo no pegué ojo.
Recuerdo que cuando bajamos al desayuno por la mañana después de la Eucaristía, en el comedor tenemos unas casillas en donde está la servilleta de cada uno. Cerca de la mía estaba la del Cardenal Schönborn y se me acerca y me pregunta “¿Has dormido esta noche?” y yo le digo que “no, nada”, y él me dijo lo mismo.
Así te haces una idea de cómo se siente.
¿Qué debemos pedirle al Espíritu Santo que tenga el próximo Papa?
Que sea fiel a lo que el Señor le encargó a Pedro: Que confirme en la fe a sus hermanos y sea testigo de la fe como roca sobre la que Cristo edifica la Iglesia. Que apaciente a sus corderos, como Cristo le dijo a Pedro después de la Resurrección.
También, que no tenga miedo a que otros le lleven, en el sentido de lo que dice en el Evangelio de San Juan, “cuando eras joven, tú mismo te ceñías, e ibas adonde querías; pero cuando llegues a viejo, extenderás tus manos y otro te ceñirá y te llevará adonde tú no quieras,” es decir, que se deje ayudar y aconsejar.
Y, como siempre, que sea alguien que acuda mucho a la Virgen.
Parece que en ciertos círculos católicos, hay mucha preocupación por la elección o por quién será el próximo Papa, ¿qué puede decirles a los católicos que están un poco ansiosos por la elección?
Primero, que recen.
Y segundo, que tengan confianza, que el Señor no abandona jamás a su Iglesia.
Gracias por esta entrevista que me dio la oportunidad de practicar mis español. Me gusta leer que el cónclave es una reunión de oración mas que algo politico. Dice, “La fórmula del juramento que se hace, es realmente una oración, que se hace frente al crucifijo en la Capilla Sixtina.”